Una definición típica de relaciones públicas es el conjunto de acciones destinadas a crear y mantener una buena imagen de una empresa o persona (comunicaciones externas), tanto ante el público en general (consumidores, clientes, inversionistas, instituciones públicas, organizaciones sociales, grupos de opinión, etc.), como ante sus propios trabajadores (comunicaciones internas).
Sin embargo, hoy en día dada la complejidad de las comunicaciones, las labores de una PR firm se ha multiplicado, dado una serie de factores como la digitalización, la globalidad, la inmediatez y la existencia de redes sociales.
Por una parte los canales, ya no son los mismos, a los diarios, revistas, radio y tv, se han sumado las redes sociales, y los influencers como un canal consolidado de comunicación, que cada vez gana más terreno ante los medios de prensa tradicionales, obligando a desarrollar estrategias digitales con mensajes muy diferentes a los tradicionales.
Por otra parte hoy en día ninguna compañía se puede abstener de comunicar con transparencia: desde lo que hace, hasta cuáles son sus ingresos, pasando por cómo lo hace (por ejemplo si sus métodos son compatibles con el ecosistema). El tiempo de esconder la cabeza ya se acabó, quien no comunica desaparece o entra en crisis.
También están los profesionales que necesitan posicionarse con una imagen adecuada o acercarse más a su público.
Y en todas estas labores es preciso asesorarse por una buena firma de PR, ya que todo debe tener una estrategia y un plan de comunicación, que parta con un análisis que incluya segmentar al público al que se quiere llegar, mapear a los stakeholders que necesitamos que reaccionen, preparar los mensajes con un correcto storytelling que llegue adecuadamente a nuestro público.
Además hay que conocer a los medios y a sus periodistas, saber qué buscan y en qué formato. Es por esto que según wikipedia en la actualidad el 80 % de los contenidos en los medios de comunicación proceden del accionar de un relacionista público y no de la propia búsqueda de los medios.
Y en caso de que una compañía o persona entre en una crisis pública, las cuales van en aumento producto de las redes sociales donde cualquiera puede subir un contenido, y la capacidad de amplificación se ha multiplicado varias veces y en menor tiempo, ahí la labor de un profesional de las comunicaciones se hace aún más indispensable para enfrentar a los medios.
Una empresa de PR, le preparará previamente un plan de crisis y conformará un comité de crisis que se reúna en caso de ser necesario para que no sea el propio afectado quien salga a dar una respuesta improvisada, empeorando aún más la situación y preparará a sus voceros con un correcto media training.
El daño reputacional se ha convertido hoy en uno de los principales problemas de las compañías que no manejan correctamente sus crisis, teniendo algunas un impacto incluso en su valorización bursátil.
Para todo lo anterior el equipo adecuado y la experiencia y cercanía de una firma de PR son vitales a la hora de elegir al asesor correcto. Cercanía no sólo con el cliente sino que también con los medios a través de relaciones éticas, de confianza y de largo plazo.
Estos equipos muchas veces son liderados por periodistas, pero hoy son multidisciplinarios para atender la variedad de solicitudes que un cliente puede encargar a una PR firm, desde sociólogos, diseñadores, marketeros, políticos, fotógrafos, film makers, etc., puesto que las tareas pueden ir desde producción de piezas digitales, hasta análisis de prensa.
Y los eventos tampoco pueden quedar fuera como un canal más de comunicación usado por las empresas para tener acceso a sus clientes y/o prospectos para entregar un contenido, o simplemente fidelizar con acciones de marca. Por eso, un evento tampoco puede ser preparado sin un objetivo, donde sean seleccionados correctamente los speakers, duración, asistentes invitados, etc, todo ello por un profesional de PR.
Como ven nada queda al azar a la hora de manejar correctamente la imagen pública de una compañía, organización o persona.